Los juguetes de coches a control remoto de los 80s

Los controles eran algo grandes y a veces cuando se caían se averiaban, las pilas se les acababa muy rápido y los cochecitos no resistían grandes caídas, y su dispositivos o antenas fácilmente se rompían.
Pero la emoción que daban al niño de aquellos años era incomparable, tener un coche a control era un lujo y privilegio entre los chicos del barrio y se organizaban carreras clandestinas para ver quien tenia mejor dominio y técnica en ganar una carrera improvisada de estos formidables cochecitos a control que tanto nos pusieron a gozar en nuestra niñez.
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